Desde hace años, el ransomware se ha convertido en una amenaza constante en todo el mundo, y México no es la excepción. El año pasado, 8 de cada 10 empresas recibieron al menos un ataque de este tipo. Aunque muchos no lo saben, el ransomware existe desde hace 30 años, cuando tuvo lugar el primer ataque de la historia de la informática. Desde entonces, ha habido un abismo en la evolución del ransomware, con su masificación en Internet, la creciente cantidad de dispositivos conectados y la habilidad de los grupos de ciberdelincuentes para llevar a cabo ataques cada vez más sofisticados.
El impacto del ransomware es alarmante. De acuerdo con un informe reciente, el 76% de las organizaciones experimentaron ciberataques, y reconocieron que fueron incapaces de recuperar el 31% de sus datos. Además, se estima que la industria del ransomware tiene un impacto anual de $50,000 millones de dólares.
Aunque se han popularizado algunos mitos alrededor del ransomware, es importante tener en cuenta algunas realidades. Por ejemplo, pagar el rescate no es garantía de recuperar los datos, y los usuarios siguen siendo el punto de entrada principal del ransomware. Si bien la detección de amenazas es importante, no es suficiente para mitigar los daños del ransomware. Finalmente, todas las empresas podrían ser atacadas en algún momento, por lo que es fundamental estar preparados y aumentar el gasto en ciberseguridad.